¿HAS PERDIDO TUS DETALLES?

CONCURSO FOTOGRÁFICO SIMUFV 2020

Cada imagen es un mundo

Presentamos el concurso fotográfico que dará lugar en la Semana de la Imagen UFV 2020. Bajo la temática "Cada Imagen es un Mundo" podrás participar enviándonos tu fotografía (máximo dos fotografías por persona, de autoría propia) antes del 29 de febrero como fecha límite.

El procedimiento de inscripción será el siguiente:

- Se solicita participación enviando un mail con los datos personales (Nombre, apellidos y número de teléfono) a simufv@ufv.es

- Se abrirá una carpeta Dropbox donde el/la concursante deberá subir con título las imágenes con que va a concursar.

- Las imágenes serán subidas en tamaño Din A3, formato .jpg a 300 ppp

La mejor fotografía será premiada con una impresora Canon fotográfica, elegida por jurado profesional.

BASES DEL CONCURSO

Cada Imagen es un Mundo

Se podrán presentar bajo un mismo autor hasta un máximo de dos fotografías, con un tamaño Din A3 y una calidad de resolución de 300 ppp en formato JPG alta. El incumplimiento de estas características conlleva la eliminación automática de la foto a concurso.

Se permite el retoque fotográfico pero no el montaje.

Las imágenes y los archivos digitales no serán devueltos.

La fecha límite de entrega de imágenes será el 29 de Febrero de 2020.

Los participantes podrán subir sus imágenes a un espacio Dropbox habilitado a tal efecto tras recibir un mail confirmando su participación tras realizar la inscripción.

Cronograma:

- 12 de Febrero 2020: Se abre el espacio para inscribirse al concurso fotográfico.

29 de Febrero: Fecha límite para la subida de imágenes.

Bases del concurso para la exposición

Organizador del concurso:

Organiza la Universidad Francisco de Vitoria a través de la Facultad de Comunicación.

Objeto:

El objeto de concurso es crear una reflexión sobre la imagen y buscar su expresión a través del arte de la fotografía, así como fomentar el espíritu UFV.

Ámbito de aplicación:

El concurso tiene un ámbito de aplicación orientado a todo aficionado o profesional del ámbito de la fotografía que quiera participar incitando a una reflexión visual.

Duración:

El concurso tendrá una duración marcada desde su salida hasta la entrega de premios.

Derecho a participar:

Podrán participar todas las personas mayores de edad con afición o profesión relacionada con la fotografía.

No obstante, la universidad se reserva el derecho a excluir aquellos inscritos cuya participación tenga otros fines ajenos al concurso o infrinjan alguna de las normas del presente concurso o de la universidad.

Mecánica del concurso:

Para participar en el concurso es requisito indispensable que la imagen presentada tenga relación y dé lugar y provenga de una reflexión sobre la temática marcada. Las imágenes que no cumplan con los requisitos técnicos, temáticos y de participación serán automáticamente desestimadas.

Para participar en el concurso, la persona deberá inscribirse a través del mail simufv@ufv.es desde donde se le proporcionará un enlace a Dropbox donde alojar sus imágenes que deberán llevar título, fecha de realización y lugar en que fue tomada. Se podrán presentar hasta un máximo de 2 imágenes.

Los ganadores serán avisados personalmente vía e-mail. No responder en un periodo máximo de 30 días, supone la aceptación de renuncia al premio.

En cualquier caso, la Universidad Francisco de Vitoria se reserva el derecho de descartar aquellas imágenes que aun estando dentro de las seleccionadas considere que no cumple los requisitos de calidad exigidos.

Los concursantes aceptan que una vez finalizado el concurso, las imágenes presentadas sean utilizadas por la Universidad Francisco de Vitoria para la difusión de diferentes actividades, eventos, etc… sin ceder por ello la autoría pero sí los derechos de imagen.

Temática y formato de las fotografías:

La temática de las imágenes presentadas a concurso deben hacer referencia a la imagen como representación de mundos e incitar a una reflexión del espectador sobre dicha pregunta, pero todas ellas con calidad artística. La organización se reserva el derecho a eliminar todas aquellas imágenes que no cumplan dicho requisito. Todas las imágenes deberán ser subidas al espacio habilitado. En formato JPG y tamaño Din A3 a 300 ppp. de resolución.

Al subir la imagen el participante garantiza que dicha fotografía es de su propiedad intelectual, haciéndose responsable exclusivo de la misma.

La organización también descartará aquellas imágenes que constituyan un montaje fotográfico. Están permitidos cambios en los ajustes de contrastes, saturación, niveles, etc…

En el caso de que en la imagen aparezcan personas, el participante garantiza que tiene el consentimiento expreso de las personas retratadas en la imagen que presenta a concurso. Las responsabilidades que puedan derivar de dicha imagen serán única y exclusivamente para el participante que la ha subido al espacio reservado para el concurso, quedando la organización exenta de cualquier responsabilidad.

Del mismo modo, las imágenes que ilustren espacios interiores contarán con la correspondiente autorización.

La universidad Francisco de Vitoria puede en cualquier momento solicitar a los participantes autores la autorización de terceros que aparezcan en sus imágenes.

La organización se reserva el derecho de descartar todas aquellas imágenes que sean ofensivas o que pongan de manifiesto cualquier tipo de discriminación.

Elección del ganador:

El ganador será seleccionado por un jurado compuesto por profesionales del ámbito fotográfico y profesores UFV.

Premios:

1er premio: Impresora fotográfica.

Notificación a los premiados:

Una vez que el jurado seleccione el ganador, se procederá a informar a los premiados, indicándoles el premio obtenido, así como el día, la hora y el lugar del acto oficial de entrega a través del correo electrónico. Si la organización no localiza a los premiados en los próximos 3 días al fallo del jurado, la organización tendrá la potestad exclusiva para decidir si se readjudican los premios eligiendo una nueva obra o si se declara desierto.

Para recibir el premio, los ganadores están obligados a acudir al acto oficial de entrega.

Promoción del concurso:

La participación en el concurso conlleva la aceptación expresa de los siguientes apartados:

- La empresa podrá utilizar la imagen e identidad de los participantes del concurso para fines publicitarios, para informar en las redes sociales y demás soportes de comunicación. En ningún caso los participantes recibirán prestación por la aparición.

- Los ganadores dan su consentimiento para el uso de la imagen, datos personales y las fotografías presentadas a concurso para fines publicitarios o informativos en cualquier tipo de soporte sin que reciba por ello contraprestación alguna.

- Los participantes conservan los derechos de autor de las imágenes que concursen. No obstante, al aceptar estas bases, están dando su autorización para que sus imágenes sean utilizadas por la Universidad Francisco de Vitoria con fines de promoción y publicidad.

Propiedad intelectual:

Los participantes conservan los derechos de autor de las imágenes que concursen, independientemente que sean premiadas o no. No obstante, dan su consentimiento para que puedan ser utilizadas por la Universidad Francisco de Vitoria.

Cancelación del concurso:

La Universidad Francisco de Vitoria, como empresa organizadora, se reserva el derecho a modificar o cancelar en cualquier momento el concurso, si las circuntancias así lo exigen, sin que se le pueda exigir responsabilidades a la empresa organizadora. No obstante, la empresa se compromete a comunicar a través de su web y redes sociales su cancelación.

Exclusión del concurso:

La Universidad Francisco de Vitoria se reserva el derecho a excluir a aquellos participantes que no cumplan total o parcialmente los requisitos establecidos en las presentes bases. Del mismo modo, la universidad descartará aquellas participaciones cuando haya indicios de que se han llevado a cabo métodos fraudulentos.

Tratamiento de los datos personales:

En cumplimiento de lo dispuesto en la Ley 15/1.999, del 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, la Universidad Francisco de Vitoria informa que todos los datos que nos facilite y todos aquellos obtenidos durante el concurso serán incorporados en un fichero de titularidad de la Universidad Francisco de Vitoria, con el fin de gestionar su participación en el concurso. Del mismo modo el participante da su consentimiento para que aparezca su nombre y apellidos, así como su imagen en las redes sociales y demás soportes que se utilice para promocionar e informar sobre el concurso.

Una vez concluido el concurso, el participante podrá ejercer los derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición al tratamiento de sus datos personales dirigiendo una comunicación por escrito a la Universidad Francisco de Vitoria.

Aceptación de las bases:

La participación en el concurso, supone la aceptación de las bases. De modo que el incumplimiento de algún apartado de las bases, dará lugar a la exclusión del participante en el concurso .En caso de existir alguna discrepancia en la interpretación de las bases, prevalecerá el criterio de la Universidad Francisco de Vitoria.

Del mismo modo, la Universidad Francisco de Vitoria, se reserva el derecho a modificar las bases en cualquier momento, incluso su cancelación si fuese el caso, cuando exista una causa justificada. Si fuera así, la empresa se compromete a anunciar cualquier modificación de las bases a través de la página web de la Semana de la Imagen.

TEMÁTICA

2.1 CADA IMAGEN ES UN MUNDO

La palabra “mundo” tiene diversos significados. En sentido fuerte, “mundo” equivale a “realidad”, el conjunto de todo lo que existe. Así, en el mundo nos encontramos a nosotros mismos relacionándonos con otras personas y objetos, por ejemplo, con series de televisión como Chernóbil (2019). Pero ocurre que el mundo es siempre visto en perspectiva personal o social y, en este sentido, hablamos del “mundo personal” (la circunstancia de cada cuál) o del “mundo histórico o social” (la circunstancia de un grupo de personas que conviven en un espacio y tiempo determinado). Así, resulta que la serie Chernóbil forma parte del mundo personal e histórico de algunas personas, mientras que para otras personas esa serie no existe, no forma parte de su mundo. Finalmente, hablamos del “mundo de la obra” o del “mundo ficcional” al creado por un autor y habitado por al menos un personaje. En ese sentido, la serie Chernóbil nos presenta un “mundo ficcional” que guarda una más estrecha o lejana relación con un acontecimiento histórico ocurrido en el “mundo”.

Al repasar algunas de las series de televisión más exitosas de los últimos años, llama la atención el acento que muchas de ellas ponen en el “mundo” en el que se desarrolla la acción, por encima del protagonismo de sus personajes. Sirvan de ejemplo Modern Family (2009-), Silicon Valley (2014-), The Big Bang Theory (2007-2019), The Wire (2002-2008), Gotham (2014-) y Black Mirror (2011-). Todas tienen en común el presentarnos un mundo con el que en cierto modo tenemos que contar. La convivencia entre diversos modelos de familia (presentes en “nuestro mundo”, pero no en el de nuestros mayores), los valores que han cambiado la faz del mundo desde el valle del silicio, el auge de la cultura freak, la deshumanización o el desquiciamiento que provocan algunas ciudades modernas, las consecuencias de las nuevas tecnologías en nuestras vidas… Son cambios en “nuestro mundo” y debemos aprender a reconocernos a nosotros mismos en esta nueva situación. Otras misiseries, como Chernóbil (2019) o Patria (2020), parecen presentarse como relatos definitivos de episodios históricos relevantes para nuestro presente y futuro próximo. Algo de esto se ha trabajado ya en las obra colectiva editada por Enrique Fuster (Identidad y reconocimiento en cine y televisión, 2017), pero este fenómeno no es exclusivo del relato audiovisual: videojuegos como Papers, please (2013), cómics como los que forman la serie de Las ciudades oscuras (1983-) y exposiciones fotográficas, como la ya clásica The family of Man (1955), suscitan reflexiones similares.

2.2. LA IMAGEN, MEDIO DE “IDENTIFICACIÓN”

Una de las posibilidades de la imagen es la de representar la realidad, de modo que la imagen sea tomada como documento, huella, testimonio de un pasado histórico o personal que puede ser utilizado como prueba en sede judicial. Así, al testimonio del autor (y su veracidad y honestidad personal) se incorpora la verosimilitud retórica de la imagen (la credibilidad del documento). La imagen da noticia de realidades a las que de otro modo no accederíamos y parece ayudarnos a discernir lo verdadero de lo falso. Pero, por estas mismas razones, la imagen, apariencia de verdad, puede transformarse en un recurso para la manipulación eficaz.

Además ocurre que la imagen tiene la virtud de presentarnos hoy una realidad del pasado, evidenciando el paso del tiempo y sus efectos. Hay un límite sutil y terrible entre lo identificable y lo que ha cambiado tanto que las posibilidades de identificación quedan frustradas. Un límite que nos alerta sobre la condición del mundo y de lo humano. Y, más allá de ese límite, el cambio de lo que fue y ya no es: la caducidad, la ruina y la muerte. ¿Puede el paso del tiempo comprometer la posibilidad de “identificación”? ¿Puede la producción de imágenes vengar el paso del tiempo? ¿Es la imagen supuestamente objetiva –pongamos por caso, la del carnet de identidad– la más adecuada para revelar la personalidad del retratado?

Finalmente: el tema de la imagen como medio de identificación parece remitir al género documental, cuya pretensión es ser preciso, objetivo, neutral. ¿Qué ocurre con la imagen autoral, artística o ficcional? ¿Cabe juzgar al artista como veraz o carente de esa virtud? ¿Pueden estas otras imágenes ser testimonio en el que reconocer alguna verdad más allá de lo empírico?

 

2.3. LA IMAGEN Y LA “ANAGNÓRISIS” O EL RECONOCIMIENTO DE UNO MISMO

Las relaciones entre “el retrato” y “el sujeto retratado” nos invitan a pensar sobre el reconocimiento de nosotros mismos en la fotografía y el audiovisual. Esas reflexiones nos invitan a considerar insuficiente el parecido físico, empírico; y nos invitan a distinguir, con el teórico de la Estética Pável Florenski (El iconostasio: Una Teoría de la Estética, 2016), entre “rostro” (la materia objetiva con la que trabaja el retratista), “máscara” (un gesto o expresión vacía) y “semblante” (una manifestación de la auténtica interioridad del sujeto).

Por otro lado, el reconocimiento de uno mismo tiene una gran tradición en las artes dramáticas, al menos desde la Poética de Aristóteles: la agnición o anagnórisis, esa revelación que sufre el personaje sobre sí mismo, en la que también se reconoce el espectador, que culmina la catarsis o purificación del alma. La sanación del alma por medio del reconocimiento de uno mismo (de nuestros deseos, virtudes, miserias, etc.), ¿es patrimonio exclusivo del arte o puede ser también una función de la imagen documental?

También nos reconocemos en nuestras acciones, capacidades o incapacidades, promesas, prácticas sociales o colectivas, pertenencia a grupos sociales o gremios… de forma que la imagen documental de nuestra historia personal y de nuestro entorno cultural puede ser fuente para el reconocimiento de uno mismo.

 

2.4. LA IMAGEN COMO “PUENTE” O LA LUCHA POR EL RECONOCIMIENTO MUTUO

“El reconocimiento mutuo” supone, en un sentido, reconocer al otro en su otredad. Reconocer al distinto, distante, ajeno, al que no es de los míos, al que cuestiona mi (o nuestro) mundo y exige atención, respuesta, preocupación. El reconocimiento mutuo supone, en sentido inverso, la lucha por ser reconocidos nosotros mismos, por lograr el reconocimiento y la estima del otro o del conjunto de la sociedad para mí o los míos. Una lucha que se libra en varios frentes: el jurídico que reclama derechos, el psicológico que reclama la estima social, el espiritual que anhela la paz en una convivencia regida por el intercambio de dones entre quienes son distintos (Paul Ricoeur, Caminos del reconocimiento, 2005).

Durante los siglos XIX y XX la lucha por el reconocimiento ha sido a menudo, más que una lucha, una guerra. El debate ideológico, dialéctico, de afirmación de sí por negación del otro, ha invadido todas las esferas de la vida. ¿Qué pasaría si la lucha por el reconocimiento no fuera una guerra de unos contra otros sino una “lucha amorosa de inteligencias” (Karl Jaspers, Introducción a la filosofía, 1951) que nos permita comprender nuestra identidad, reconocer al otro y reconocernos a nosotros mismos en el otro?

El reconocimiento mutuo que abandona la actitud “dialéctica” en beneficio de una actitud “dialógica” o buscadora de encuentro, ha sido también una constante en buena parte del trabajo documental y artístico de nuestro tiempo.

 

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